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A las aves les gusta adornarse, especialmente a los machos que mientras más incómodamente adornados estén, ¡mejor!. Así de competitivo es el cortejo de las aves, y cómo son de exigentes las hembras, tanto que los machos suelen cargar con incómodos y pesados atuendos para llamar su quisquillosa atención. Pero además, si los exagerados adornos de plumas y crestas no funcionan, los machos son los más bulliciosos, con elaborados cantos y hasta danzas en donde despliegan todo su esplendor y se exhiben ante las muchachas que los observan recelosas entre las ramas. No parecería una buena idea, ya que con tanto alboroto y a la vista del bosque entero, también pueden atraer a depredadores, que sin duda aprovecharían del estado de vulnerabilidad que el amor ocasiona a los seres emplumados para atraparlos. Aun así, la evolución ha favorecido a algunas especies que ha pesar de sus raros, inconvenientes, pero bellísimos ajuares han sobrevivido y hoy no solo muestran un espectáculo a sus tímidas congéneres, sino que también son el objeto de admiración de muchos pajareros que los buscan con anhelo en el bosque. Este es el caso del rarísimo Pájaro Paraguas Longuipéndulo (Cephalopterus penduliger).

 

 

El Pájaro Paraguas, o también conocido como Pájaro Toro, es una especie de Cotinga que, utiliza leks para buscar pareja. Los leks suelen ser de pocos individuos y en ellos los machos hacen su gran show de cortejo en donde muestran sus delgadas y finas plumas de la cresta, cubriendo su cabeza hasta el pico, a modo de un gran copete como si lo hubiera hecho el mejor de los peluqueros, o también como un paraguas – de ahí su nombre común-. Durante este despliegue de talento alarga el gran y bizarro péndulo – de ahí su nombre científico penduliger – que cuelga sobre su pecho como si fuera una corbata, inflándolo para que muestre todo su esplendor con las cortas y brillantes plumas todas erizadas. Además, en los leks realizan fuertes cantos, como si estuvieran soplando de un cuerno, un grave y profundo llamado de amor.

El Pájaro Paraguas Longuipéndulo solamente vive en el bosque del Chocó, en el occidente colombiano y ecuatoriano, en los flancos de los Andes, entrelazado con los bosques húmedos pie-montanos y de tierras bajas que observan el Océano Pacífico. Se alimenta de muchos frutos y normalmente escoge frutos grandes de palmas de la familia Arecaceae, o también de árboles y arbustos de las familias Lauraceae y Myrtaceae. Al alimentarse de frutos, y también regurgitarlos, es una especie importante para el bosque ya que ayuda a dispersar semillas. Adem – que cuelga sobre s seres emplumadosxtensiccibuena caminata o desde la comunidad del hotel. Esta especie se encuentra en estaás se alimenta de muchos insectos y de pequeños vertebrados como lagartijas. Fuera de los leks no es común encontrar a las parejas juntas; solamente la hembra se encarga de empollar los huevos, normalmente en nidos sobre palmas, y alimentar a las crías; el macho solamente se preocupa de adornar su cuerpo y cantar inflando su péndulo.

Esta es un ave enigmática del Chocó, sumamente rara y apreciada por los amantes de las aves. Sin embargo, en algunos lugares tiene poblaciones localizadas, como lo es en Mashpi Lodge, y por lo tanto resulta fácil observarla y admirarla, ya sea luego de una buena caminata o desde la comodidad del hotel. Esta especie se encuentra en estado vulnerable de conservación y sus poblaciones están decreciendo por el acelerado paso de destrucción de bosques generado por la expansión de los límites urbanos y agrícolas. Pero, en Mashpi cuenta con una gran extensión de bosque, que busca su conservación y protección.

 

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