Pelando los estratos de un bosque húmedo tropical
Los bosques tropicales son marañas de complejidad; capas y capas de ecosistemas, micro hábitats y microclimas mezclados en uno solo. Los bosques húmedos tropicales son especialmente complejos y estratificados, en ellos reina la heterogeneidad donde ni un solo puesto es igual a otro, no importa su ubicación geográfica. Son como cebollas compuestas de capas, con la diferencia que cada capa es de un color y forma diferente, y cada capa está poblada por especies inmensamente diferentes a las del resto de capas, aunque hay especies que pueden moverse entre ellas, aprovechando de las bondades que cada una ofrece. En ecología esto se conoce como estratos, y hasta ahora se han definido 4 estratos o niveles: el suelo del bosque, el sotobsoque, el dosel o canopy (del inglés) y el sobre-dosel o zona emergente.
El suelo, lo que da el origen a todo, la fuente de vida, el sustento y alimento del bosque. Es en este estrato donde se lleva a cabo una microscópica danza entre bacterias y hongos, y toda la materia orgánica que sueltan las plantas, los árboles y los animales. Este es el lugar donde germinan la mayoría de las semillas y donde penetran las raíces para dar sostén a todo un ecosistema oscuro y sumamente húmedo. El trabajo invisible que se da aquí es la base, el inicio de todo, y también su fin: la descomposición. Este proceso es la máquina que impulsa el ciclo de la vida. Sus obreros son principalmente bacterias y hongos, pero también están algunos insectos y gusanos que colaboran en el proceso, convirtiendo a los seres y sus fragmentos que han terminado el ciclo en nutrientes nuevos, suelo nuevo, tierra para que así el ciclo vuelva a empezar. En el suelo se arrastran muchos animales que carecen de patas. En el suelo husmean los roedores buscando semillas. Por el suelo se encuentran la mayoría de los mamíferos del bosque. En el suelo se absorben las gotas de agua que caen de las nubes. El suelo húmedo y oscuro de un bosque tropical es la fundación de la vida. En un bosque maduro, este estrato tiende a ser dominado por raíces grandes y superficiales, como venas que bajan de los árboles y también por alfombras de hojas de todos los tamaños. Muy pocas cosas pueden crecer y vivir en el suelo por su oscuridad, solamente un 2% de las especies de plantas lo logran, hasta que un árbol cae formando un “claro” de bosque donde un frenesí de crecimiento de densa y alborotada vegetación se impulsa.
La segunda capa de un bosque húmedo tropical, vista desde abajo hacia arriba, es el espacio entre el suelo y el dosel: el sotobosque o también llamado zona arbustiva. En esta capa reinan los arbustos, los arboles de especies pequeñas y los árboles jóvenes de especies grandes. Los arbustos y arboles pequeños que viven en este lugar carente de luz, donde solo logran penetrar pocos rayos, logrando un 5% del total de la luz, han aprendido a adaptarse y sobrevivir con poco de su sustento para la fotosíntesis adaptando sus hojas y tallos para aprovechar al máximo de los pocos rayitos; estas especies tienden a tener hojas muy grandes con las que pueden absorber más luz. Un ejemplo de plantas de este estrato son los parientes del café, familia Rubiacea, que viven en el sotobosque y lo decoran con flores y aromas dulzones. Otras especies, como algunas palmas, necesitan de la oscuridad de este estrato durante su juventud. La mayoría de los árboles que en su edad adulta son enormes troncos con hojas en el dosel, durante sus primeros años viven en el sotobosque en un tremendo letargo, creciendo muy despacio. Muchos pasan por una especie de hibernación hasta que uno de los grandes cede su puesto en el cielo, terminando su ciclo, y permite la entrada de fuertes rayos de sol, vitaminas reforzadas que levantan el sotobosque. LA fauna del sotobosque está dominada por muchas especies de aves como los trapatroncos, los hormigueros, los horneros, los atrapamoscas y por muchas tangaras. Estas aves suelen estar saltando de tronco en tronco y de una rama a otra en constante movimiento, difícil de ser avistadas por la cantidad de obstáculos y la falta de luz de esta zona del bosque, pero cantando para informar de su presencia. Las lagartijas y culebras también son importantes habitantes del sotobosque, y claro, muchos, muchos insectos.
El dosel, la cumbre del bosque donde los gigantes árboles estiran sus brazos al cielo y forman una sola alfombra de copas. El dosel es la tercera capa del bosque, el fruto de todo el esfuerzo de muchos años de trabajo en el suelo y en el sotobosque para las habitantes más grandes de la selva. En este lugar está toda la luz alimentando generosa a los árboles. En este lugar está densificada la mayor parte de la biodiversidad del bosque húmedo tropical. Pero los árboles, gigantes de más o menos 30 metros, no son los únicos que aprovechan de la cálida luz que baña sus hojas, asociados a ellos hay un mundo de otras plantas y también de animales. Epífitas, lianas, musgos y líquenes también encuentran su espacio en el dosel y son constantemente visitadas por aves, mamíferos, reptiles e insectos. A los monos les encanta el dosel, donde pueden moverse con total libertad, alejados de los grandes felinos y donde encuentran deliciosos frutos y hojas. Los cusumbos, y el recientemente descubierto olinguito (Bassaricyon neblina), también recorren el dosel mirando con sus grandes ojos recelosos. El dosel es ocupado por la mitad de todas las especies de plantas del bosque y de por lo menos un cuarto de todas las especies de insectos, siendo así copas de diversidad.
Sobre el dosel existe una última capa destinada para los grandes observadores del bosque, que desde gran altura pueden ver todo el esplendor del magnífico verde de la selva. La capa emergente, formada por especies enormes de árboles que sobresalen el dosel y pueden llegar a medir 60 metros como algunas especies de “matapalos”, o como la magnolia de Mashpi. Esta capa es poblada por especies similares de epífitas, lianas, mamíferos, reptiles e insectos que en el dosel, con la diferencia que para aquellos individuos que logran superar el miedo a la gran altura de esta zona son recompensados con la mejor vista del balcón de las nubes.
En la reserva de Mashpi se puede vivir un conocer de cerca todos lo niveles del bosque. A través de las caminatas por sus numerosos senderos se puede observar de cerca hongos, algunos que ¡hasta brillan en la oscuridad!, descomponiendo materia muerta en el suelo. Se puede observar los lugares por donde han andado las guantas y los felinos y donde han cavado huecos los armadillos. En el suelo del bosque de Mashpi se siente la humedad cálida entre las enormes raíces rastreras de los árboles. En la reserva también se puede introducir y ver de cerca el sotobosque de distintas maneras: caminando por el bosque o subiendo los primeros peldaños de la torre de observación donde están los arbustos y árboles en crecimiento. La torre ofrece el escenario casi completo de los estratos del bosque, desde el suelo hasta el dosel. Para vivir el dosel del bosque de una manera real, como lo hacen los monos y los tucanes, la bicicleta aérea ofrece el viaje más cercano, donde el dosel y subdosel son tangibles, con la libertad como la de un ave, se puede viajar a la velocidad deseada e incluso parar a ver las flores de orquídeas y bromelias sobre las ramas más altas de los árboles. Finalmente, y esto es algo que no se puede observar fácilmente, la “libélula” de Mashpi vuela con tranquilidad en la zona emergente del bosque, a la altura de la Magnolia, con vista a todo el dosel, subdosel, ríos, montañas y nubes: la mejor vista en reserva de Mashpi.