Nací en Quito, en 1977. Siempre he dibujado y he creado con mis manos, todos empezamos desde pequeños haciéndolo. Con los años aprendí a ser diseñadora, a ilustrar y también he dedicado mi tiempo a desarrollar otras habilidades dentro de las artes plásticas, como orfebrería, cerámica, vidrio. Así, ahora reparto mi tiempo entre las dos disciplinas que mas me gustan: Diseño y Arte.
Emprendí hace 9 años una empresa de Diseño, junto con 2 amigos y socios de muchos años: ZIETTE diseño. Es una empresa creada para satisfacer necesidades multidisciplinarias de diseño. En cuanto a la ilustración, he ilustrado para algunas editoriales de mi país, para proyectos independientes, en murales infantiles. Ahora estoy incursionando en la aplicación de mis ilustraciones en creación de objetos decorativos y utilitarios, como proyecto dentro de Ziette diseño.
Encuentro en las artes plásticas, la capacidad de plasmar de manera muy personal, ideas, palabras, sentimientos, en una imagen, en un objeto. Considero que son disciplinas que permiten, ser críticos de nuestra obra finalizada, de estar en un proceso constante e interminable de la búsqueda y perfeccionamiento de un estilo.
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¿Qué fue lo que más te impactó de Mashpi?
Es como entrar a un mundo paralelo, inexplorado, infinito, mágico, que cuida y protege a los seres que allí viven; diminutos, pequeños, medianos, gigantes, todos se cuidan. Quisiera volver a esa paz y complicidad de la naturaleza.
¿Cuántos verdes contaste en Mashpi?
Ni siquiera pensé en contarlos, seria un reto infinito.
¿Si pudieses ser uno de los animales que viven en los bosques de Mashpi, ¿cuál serías y por qué?
Un ave, sin pensarlo. Cuando paseaba por el teleférico me puse a pensar lo increíble que debe ser poder volar así, sin miedo, libre, y explorar de extremo a extremo la naturaleza de la reserva.