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Birds got their beaks as they evolved from dinosaurs, a fascinating transition that required them to lose their fingers and claws to obtain their wings. But the loss of toes and claws, which are generally used to manipulate objects, was compensated for with the development of new anatomical structures. It was in this way that they developed beaks from the snouts of their dinosaur ancestors, structures that today they use to manipulate all sorts of objects.
Alrededor del mundo existen aproximadamente 10.000 especies de aves y es increíble ver la enorme diversidad que presentan los picos en forma, tamaño y diseño. Los hay desde sacos engullidores como el pico de los pelícanos, hasta los picos en forma de aguja de los colibríes. Hay picos largos y fuertes como en los tucanes que no solo les permiten abrir frutos duros sino también manipularlos. Los picos en forma de gancho en las aves rapaces están diseñados para desgarrar la carne y poder así alimentarse de muchos tipos de animales.
Fig. 1.- Ejemplo de diferentes picos de aves: arriba a la izquierda, araçari de mandíbula pálida (Pteroglossus erythropygius). Arriba del centro tucán barbudo (Semnornis ramphastinus). Arriba llama derecha cara tangara. Plátano inferior izquierdo (Coereba flaveola). Parte inferior central de corona verde brillante (Heliodoxa jacula). Abajo a la derecha Trogón del Chocó (Trogon comptus).
“Birds got their beaks” is not just a phrase about evolution; it signifies a transformation that has enabled birds to not only feed themselves but also, in some cases, to use tools like some finch species, or to build intricate nests like weaver birds do. This diversity in the shape and size of beaks is one of the key reasons that birds have been able to conquer all ecosystems, from the tropics to the polar regions and from the seas to the peaks of mountains.
Sin embargo la pregunta de ¿Cómo realmente las aves obtuvieron sus picos? aún no estaba resuelta, y no fue hasta hace muy poco que un grupo de investigadores utilizando las más modernas técnicas lograron finalmente revelar este misterio.
Para esto, ellos lograron identificar cuáles son los genes encargados del desarrollo de los picos en los embriones de los pollos, y manipulando sus genes y las proteínas lograron retroceder el “tiempo evolutivo” y transformar gradualmente el pico de los embriones en un hocico muy parecido al de un cocodrilo (Como se ve en la figura 1).
Fig. 1.- Ejemplo de diferentes picos de aves: arriba a la izquierda, araçari de mandíbula pálida (Pteroglossus erythropygius). Arriba del centro tucán barbudo (Semnornis ramphastinus). Arriba llama derecha cara tangara. Plátano inferior izquierdo (Coereba flaveola). Parte inferior central de corona verde brillante (Heliodoxa jacula). Abajo a la derecha Trogón del Chocó (Trogon comptus).
Scientists added to this genetic study, focusing on how birds got their beaks, the observation of fossilised skulls of dinosaurs, birds, crocodiles, and other reptiles. They utilized hundreds of photographs taken from different angles to generate a 3D image and compare them against one another. In this way, they discovered that in ancestral dinosaurs, the bones that formed the tip of the snout (Fig. 1 right) are short and rounded and are not fused, while those in birds are elongated, slim, and fused (Fig. 1 left), illustrating the evolutionary transition towards the beaks seen in birds today.
Al observar el resultado de la manipulación genética del cráneo del embrión de pollo (Fig. 1 centro) se vio como los huesos empezaban a separarse y no llegaban a fusionarse completamente, y las puntas del pico tenían un aspecto más redondeadas, similar al de los reptiles. Pero lo más increíble de todo fue que al comparar este cráneo modificado con las imágenes 3D del cráneo del Archaeopteryx (el primer ancestro conocido de las aves) estos eran prácticamente iguales.
Este estudio demuestra que el pico en las aves se formó de la modificación de la estructura ósea del hocico de los dinosaurios, a lo largo de millones de años, en respuesta a la necesidad de las aves de tener una estructura que les permita manipular objetos, ya que carecen de manos o garras. Y es también una prueba irrefutable que realmente las aves evolucionaron de los Dinosaurios.
